Pese al dragado, siguen problemas en el canal y sin definir nuevo mantenimiento
El paro nacional también afectó el transporte terrestre de carga hacia el puerto.
Pese al reinicio del “dragado de adecuación” por parte de la draga ‘Bartolomeu Dias’ el canal de acceso al puerto de Barranquilla sigue registrando sitios crìticos, que si no se logran controlar en estos nuevos ciclos, podrían conducir a una nueva disminución en el calado operacional.
La situación se presenta en momentos en que el “dragado de adecuación” reinició tras un largo receso sin mantenimiento y cuando aún el Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena siguen sin definir el mantenimiento del canal para lo que resta del año, tras dos convocatorias fallidas, ambas declaradas desiertas, tal como oportunamente informò Zona Cero.
El Capitán de Puerto, CF Carlos Urbano Montes, confirmó las condiciones en las que se encuentra actualmente el canal de acceso.
“Observamos algunos puntos que limitan las operaciones, especialmente en la boya número 7 - 9, así como también sobre el área de Bocas de Ceniza. Sin embargo, seguiremos desarrollando el análisis en cuanto a las características de la embarcación, las condiciones de época climática, con el fin de poder desarrollar las operaciones de forma segura”, precisó.
Ahora todo dependerá de lo poco que logre realizar la draga actual y de la celeridad que Findeter - Cormagdalena le den al proceso de contratación para la continuidad del mantenimiento.
Entre tanto, la Dimar, a través de la Capitanía de Puerto mantiene estricto monitoreo 24/7 sobre el comportamiento del canal.
“Como autoridad marítima continuamos desarrollando las verificaciones permanentes de las condiciones océano atmosféricas, vientos, oleajes, y asimismo la toma de datos batimétricos con el fin de poder constatar la dinámica existente debido a la época climática húmeda, así como también los avances que se vienen desarrollando por parte de los trabajos de dragado que iniciaron a partir del lunes de esta semana al mediodía”, destacó el Capitán Urbano Montes.
Es así como continúa desarrollando el análisis con todo el grupo técnico del área de hidrografía, personal técnico y análisis de la Capitanía con el fin de orientar cada una de las embarcaciones que se encuentran previstas de acuerdo a la programación del puerto.
“Es un trabajo permanente. Tenemos un personal que efectúa de manera permanente y diaria, 24/7, todo el análisis de las condiciones de tráfico, del comportamiento, con todo un soporte técnico con un personal especializado que desarrolla la toma de datos así como el análisis de estos. Además, se tiene un trabajo coordinado permanente con el gremio marítimo y sobre todo con los pilotos prácticos con el fin de poder verificar las condiciones actuales, la restricción existente, las condiciones y análisis de cada una de las embarcaciones y poder desarrollar de forma segura las operaciones que se encuentran programadas”, agregó.
Enfatizó que en medio de esta situación, “cuando los buques vienen con condiciones superiores a las del mensaje de seguridad establecidas reunimos un comité de seguridad con todos estos insumos para poder buscar las mejores condiciones en cuanto a mareas, vientos, características del buque, para que podamos desarrollar la operación, sobre todo garantizando la seguridad”.
Resaltó que desde de la Dirección General Marítima “se han venido fortaleciendo todas las capacidades con recursos humanos, personal técnico, una oficina de hidrografía que pertenece al CIOH y que labora permanentemente en la Capitanía de Puerto con un grupo capacitado en la Estación de Control y con todo un soporte técnico del área de Seguridad Marítima, para poder evidenciar las condiciones, restricciones existentes, las características de la maniobrabilidad de cada uno de los buques y buscar alternativas, todo dentro de un marco de seguridad”.
Labor de pilotos prácticos
Todo el trabajo se desarrolla con nuevos sensores, equipos que están emitiendo información permanente, “pero sobre todo con la coordinación de las diferentes entidades y en especial de los pilotos prácticos para verificar su concepto, evaluar su experiencia y así llegar a unas líneas de acción que permitan la operación en el puerto”.
Recordó que “en cada una de las operaciones que se efectúan en los puertos marítimos nacionales para el ingreso y salida de las embarcaciones de bandera extranjera y nacional con ciertas características, se requiere de la asesoría de un piloto práctico porque son personas expertas que conocen las condiciones, las diferentes variabilidades en cada uno de los aspectos como vientos, corrientes, condiciones de viraje y son quienes asesoran a los capitanes de los buques que vienen a efectuar operaciones en el puerto, con el fin de que se desarrollen de forma segura”.
“Es un trabajo que se desarrolla de manera diaria y conforme a la normatividad vigente, manteniéndose una estrecha coordinación con las diferentes entidades para desarrollar las operaciones programadas, para que haya un crecimiento en la economía y garantizar que los puertos tengan altos estándares en la seguridad para el ingreso y salida de los buques”, recalcó.
Efectos del paro en el transporte terrestre de carga al puerto
A la situación anterior se suman los efectos del paro nacional, pero en especial de los múltiples bloqueos, con consecuencias directas en toda la economía del país, lo cual implica que al final, todos terminan pagando esta cuenta, según advirtió Asoportuaria.
El sector portuario, al ser un reflejo del estado de la economía de un país, no escapa a esta realidad.
“Un ejemplo contundente se ve en las exportaciones de Coque, las cuales en más de un 70% se realizan a través de las terminales ubicadas en la Zona Portuaria de Barranquilla. Este año en promedio, se recibían 300 tractomulas diarias, procedentes de Cundinamarca, Boyacá y los Santanderes, las cuales traían el producto a las distintas terminales portuarias. Luego estas mulas regresaban al interior del país transportando granel limpio (maíz, soya, trigo), acero, hierro, fertilizantes, cemento, entre otros productos”, señaló la agremiación.
Este flujo entre importaciones y exportaciones, permite que haya fletes de compensación y mantiene el abastecimiento en las distintas zonas del país, a unos costos razonables.
Pero, desde que iniciaron las protestas y debido a los bloqueos, el promedio de camiones llegando a la ciudad ha disminuido en más de un 90%, recibiendo a duras penas y en el mejor de los casos unas 25 tractomulas diarias. Esto representa que diariamente se dejan de exportar cerca de $2,050,000 de dólares en Coque, los cuales también representan impuestos y regalías que dejan de llegar a las regiones.
Más grave aún, es el efecto que ocasiona al no haber camiones para retirar los productos de los puertos que van hacia el interior del país.
“De no normalizarse los flujos de cargas en el retiro de mercancías de los puertos, podríamos estar en una situación en donde no se puedan recibir más mercancías, ocasionando un desabastecimiento general”, señaló.
Un caso muy sensible es el del maíz o el de los fertilizantes, necesarios para garantizar la alimentación de todos los colombianos. Toda la industria agrícola, avícola y ganadera, depende de estos insumos para garantizar la productividad y bienestar de sus cultivos y de sus crías.
“No recibirlos en tiempo oportuno, tiene consecuencias inmediatas por baja productividad y riesgo de subsistencia, y consecuencias futuras, pues el alimento que les falte hoy, hará que bajen su producción futura también. Esto, por supuesto, acarrea un aumento importante en los precios de los productos, en especial de la canasta familiar. Solo los fletes terrestres entre el centro del país y las costas, han incrementado en más de un 40%, debido precisamente a la escasez de vehículos”.
Si a esto se le suma escasez de alimentos, la canasta básica puede aumentar a niveles insostenibles. “Esto mismo lo podemos extrapolar a elementos tan esenciales para todos como el combustible, gas natural que en muchos casos es transportado por carretera, insumos médicos y hospitalarios, repuestos, etc., los cuales dependen del flujo de cargas para llegar a sus destinos y abastecer los centros de consumo. Estas mulas que dejan de circular por las carreteras, dejan de consumir combustibles, de pagar peajes (solo el caso del Coque se estima en $550 millones diarios que dejan de pagar en peajes), y de generar ingresos a múltiples sectores formales e informales de la economía”.
“Las cadenas de suministro para que funcionen, deben continuar en movimiento. Son frágiles y muy sensibles a cualquier interrupción. La pandemia, de la cual no hemos salido, demostró que incluso en los países más desarrollados, el desabastecimiento puede ser generalizado y muy riesgoso cuando estas cadenas se interrumpen. Desde Asoportuaria realizamos de nuevo un llamado a la sensatez y a que todas las diferencias sean resueltas a través del diálogo y sin afectar los derechos de 50 millones de colombianos, que sin distingo de estatus económico, terminaremos pagando la cuenta”, puntualizó la agremiación.